
El caso de Rosco es complicado. Proviene de un síndrome de Noé (acumulación de animales en condiciones pésimas) Vivía en una casa en Santiago de Compostela junto a otros 74 perros, en unas condiciones higiénico-sanitarias totalmente deplorables, sin atención veterinaria ni una correcta socialización. Llegó a nosotras con muchos traumas, pero en la actualidad es un perrito casi recuperado. Nosotras lo hemos limado, ahora solo necesita una familia que lo haga brillar!